08 August 2008

imposiciones aprobadas (2004)

La sociedad…no abordaré los típicos temas que se habla respecto a ella, como por ejemplo que esta sociedad es consumista, egoísta, ambiciosa, competitiva, etcétera... Hablaré o me dirigiré a algo que va mas allá de eso a algo que nos afecta como comunicadores, quizás con respecto a esto esta sociedad de hoy en día esta mas fría con respecto a lo que impone, a que me refiero con esto? Quiero decir que nuestra sociedad en la que habitamos, en la que supuestamente “convivimos” nos impone algunas, como decirlo, algunas reglas quizás, sí , sí es verdad aunque no lo creamos somos víctimas de la sociedad, de lo que nos impone ésta.
Por ejemplo una de las “imposiciones” de las cuales hablo, es el lenguaje, el lenguaje verbal, explícitamente con palabras, las cuales salen de la boca, ¿verdades o mentiras? Palabras finalmente.. son las palabras el supuesto medio de comunicación al cual estamos atados, pero ¿por qué? Porque se nos impuso aquel tipo de lenguaje, aquel sistema de comunicación de lenguaje verbal...
La sociedad al imponernos el lenguaje se equivocó, porque a veces las palabras engañan, las palabras no son verdaderas, no representan lo que uno siente, entonces ¿a través de qué medio de comunicación que no sea el verbal podemos expresar alguna sensación, emoción o desagrado?
¿cómo sería la mejor forma de expresarlo? ¿A través de una embustera palabra? ¿No será más verdadero expresarlo a través de un gesto?
En esta nueva sociedad se ha perdido el placer de utilizar el lenguaje de los afectos, el de los gestos, el cual es gestual y expresa más que una palabra fría como es su esencia. Ejemplo claro de esto es, si a ti alguien te dice “te quiero” ese te quiero no precisamente puede ser verdadero, quizás sí, pero lo más probable es que no lo sea y uno obviamente lo recibe, aquí estaríamos en el campo del lenguaje impuesto por la sociedad, osea desde mi punto de vista el que es totalmente falso ya que debemos observar las circunstancias del caso, ¿qué quiero decir con eso? ¿Si es alguien que no me conoce y yo sé que no me tiene cariño y alomejor me lo dice por decirlo o por interés o por muchas otras cosas, pero yo sé que es falso, porque nunca esperaría de esa persona que no conozco un te quiero?, en cambio si ese mismo te quiero lo expresamos a través de los gestos quizás un abrazo, un beso expresaría algo más natural y más gratificante de dar y de recibir, es algo que no es forzado, es algo que sale de adentro y difícilmente en casos muy especiales engaña.
Este lenguaje, el de los afectos, si se expresa representando un sentimiento es incapaz de engañar como lo hacen las palabras, porque de la boca pueden salir muchas verdades, pero también pueden salir muchas mentiras, en cambio del solo hecho de expresar no pasamos por ningun canal que pueda desviar la escencia de una emocion por ejemplo.
El lenguaje que se nos impuso es mas frío y además usando este tipo de lenguaje dejamos de lado los gestos ese lenguaje, el verdadero lenguaje. Dicen que ”Un gesto dice más que una palabra” un gesto al mismo tiempo es más simple, pero en la simpleza esta la belleza... Incluso al analizarse a uno como receptor, es mucho más gratificante recibir un gesto, un afecto que una palabra, la cual quizás es forzada.
Citemos al gran psicoanalista A.Green, quien afirma que: “un lenguaje sin afecto es un lenguaje muerto”
Podemos afirmar que este señor quiso decir que los afectos sólo acompañan al lenguaje verbal, es decir él trata de comunicar que el afecto es el acompañante silencioso de la palabra, pero ¿por qué no decir que el afecto puede perfectamente reemplazar a al fría palabra?
Tomamos este ejemplo del psicoanalista para contradecirlo y decir claramente que el afecto no debe nombrarse como acompañante de la palabra, sino debemos decir que los afectos no son algo verbal y por lo tanto son inaprensibles en palabras. Los afectos no deben ser puestos en palabras, sino que la palabra pudiese llegar a ser una especie de “extra” del afecto pero en una caso muy lejano, ya que un gesto dice todo y por ende no necesita de la palabra. El afecto del cual tanto hemos hablado y descrito como algo sincero que no miente es todo lo contrario a la palabra, a la cual hemos descrito como sospechosa, relatamos entonces la rivalidad:
palabra v/s el gesto, veremos quien ganará...
Para explicar más a fondo podemos citar a Bierley quien dice sobre el afecto que: ”su inmediatez y su transparencia para la conciencia, parecerían satisfacer la expectativa de una comunicabilidad completa, al ser genéticamente pre-verbales”
El lenguaje de los afectos es más antiguo que el lenguaje verbal, entonces gracias a nuestra cita aclaramos nuevamente nuestra característica del lenguaje de los afectos, que recordando representa mucho más que la fría palabra.
Si vemos podemos diferenciar que cuando expresamos algo en palabras diremos que eso expresado corresponde a un afecto “dicho”, ya que es un sentimiento expresado en una palabra, y el otro es cuando expresamos algo, pero en gestos, este corresponde claramente a un afecto expresado, el cual es el solo hecho no verbal, como dijimos anteriormente. Entre el afecto dicho y el afecto expresado existen grandes diferencias, primero que nada diremos que el afecto expresado habla de un lenguaje verdadero, al cual la sospechosa palabra no tiene acceso, los afectos brindan acceso inmediato a lo verdadero, en cambio las palabras, mienten, son engañosas y es por eso que digo que esta sociedad en la que habitamos nos impone un lenguaje que no es el correcto, con mayor razón éste no será el verdadero y es por eso que como se nos impuso aquel tipo de lenguaje, nosotros o mejor dicho ésta sociedad, ha perdido el gran placer de comunicarnos con el lenguaje no verbal, en este caso el de los afectos. Es por eso y otras razones que cada vez estamos más fríos, es decir cada día más fría y más incomunicada está esta atmósfera en la que habitamos. Puede ser que ésta avance tecnológicamente, pero espiritualmente hablando una evolución no se nota, es más diremos que no hay una evolución, hay un retroceso de mentalidad y podemos comprobar la peor de las realidades la cual dice que: “el mundo cambia y sigue siendo como antes”, o sea a nivel espiritual no estamos progresando, sino que se mantiene en un nivel mediocre, donde la gente se conforma con cosas más materiales que con cosas más espirituales, las que al final son las que realmente nos enriquecen, como lo puede ser el hecho de dar o recibir un gesto. En esta batalla de la palabra versus el afecto lamentablemente la palabra va tomando posesión de un camino largo en el cual vivimos. Lo que nos queda a nosotros que valoramos el afecto, es tratar de aportar para que este tipo de comunicación no verbal tan imprescindible para el enriquecimiento del ser humano, mirando a este no como ente inserto en un conglomerado de edificios, sino como parte de lo que hemos llamado sociedad, no se pierda, solo debemos cuidarlo y aplicarlo más a nuestras vidas para que ojalá en un futuro no tan próximo el afecto no forme parte de un pasado...
Todo esto es la primera imposición de la sociedad que no se conformó con sentenciarnos a cumplir solamente ésa, sino se jacta con imponernos otra “regla“, hablaré de la segunda imposición de la humanidad, de una imposición a la cual debemos atribuir muchos de los defectos de esta humanidad, sin más que hablar estamos presentes ante el impetuoso y desquiciado “tiempo”, una palabra, tenía que ser, una palabra tan corta que aborda tanto, que nosotros le damos tanta importancia o quizás que la sociedad nos hizo darle tanta importancia...
El famoso tiempo, ¿por qué lo inventaron? Quizás el fin primero era organizarnos, pero creo que ese fin se transformó en una pesadilla ya que en vez de ordenarnos, el famoso tiempo desordenó y enloqueció cada uno de nuestros días, sólo es para regirnos, para controlarnos por unos estúpidos números que no dicen nada aparte de enloquecernos, porque como vemos es el tiempo, quien nos altera y nos deja atados al reloj... lo que nos tiene así de locos, lo que nos tiene estresados, apurados, haciendo las cosas a la rápida, porque supuestamente lo importante es producir en el menor tiempo posible¿ o no? ¡Qué cosa más absurda depender del tiempo para realizar nuestras tareas diarias! Tiempo del cual, aunque no lo queramos, sin darnos cuenta, estamos totalmente ligados, frases comunes como:
“no tengo tiempo”, “si me alcanza el tiempo lo hago”, “Necesito más tiempo para hacer mis cosas”, “dame tiempo para pensarlo”, etcétera... nos hacen tomar conciencia y darnos cuenta de que le ofrecemos una importancia mayor a la cual se merece el famoso tiempo, es sólo darse cuenta de que aquellas manecillas del reloj no hacen más que dar vueltas y vueltas sin llegar a ningún final, al igual que el mundo actual, creemos que avanzamos, pero en realidad llegamos al mismo lugar y volvemos a empezar y se repite nuevamente la historia una y otra vez...
Aquel objeto sea éste redondo o cuadrado, que la gente lo lleva en la muñeca, ¿por qué en la muñeca? Quizás el lugar más visible y cómodo para nosotros, obviamente buscamos siempre lo más fácil y rápido por supuesto agreguemos también lo más cómodo. Bueno, pero el punto es que aquel simple objeto que se lleva todo el día en la muñeca, lamentablemente nos maneja, que penoso verse a uno dependiente de una “hora”, de un reloj inventado o creado para nuestro bien, supuestamente ¿o no?
El hecho de mirar o preguntar la hora cada cierto corto periodo de tiempo es lo que no nos hace disfrutar de las simplezas de la vida, por ejemplo decidir finalmente no ir a pasear a la playa porque: “es muy tarde”, “tengo cosas que hacer”, “tengo que llegar a cierta hora”, etcétera... Así creemos y nos damos cuenta de alguna forma que estamos estructurados en nuestras vidas, obligándonos o mejor dicho imponiéndonos ciertas reglas que definitivamente son en contribución del fracaso de la convivencia humana, del desarrollo espiritual y mental de cada ser humano, por el solo hecho de privarnos de las verdaderas satisfacciones que nos llenan por dentro, de lo hermoso que pudiese ser todo si fuésemos liberados de las imposiciones, siendo así personas con alma y no personas alteradas, pobres de espíritu y podridas por el estrés, por la falta de cariño, por la falta de entregar y recibir cariño, por la falta de no poder disfrutar de un paisaje o simplemente respirar aire puro, de eso y de muchas otras satisfacciones personales a nivel espiritual, la gente ya no se preocupa o “le falta el tiempo”, pero en realidad esto no es algo que tenga que ver con el tiempo, sino que es un tema de orden y darse un momento para uno, para cada ciclo y el no estar por lo menos un momento sometido a las imposiciones como lo son: el lenguaje verbal, el reloj y una más, porque además de dos imposiciones esta sociedad incluyo otra, a la que comenzaremos por nombrar y diremos que no merece presentación me refiero a:“el trabajo” es otra mentira, es un chantaje que igual lo es si es que te gusta. Siempre trabajas para alguien, nunca para ti mismo, siempre trabajando con fatiga, nunca con alegría y menos cuando uno quiere, aunque seas independiente y tengas tu pedazo de tierra, debes trabajar cuando el sol, la lluvia, y las estaciones lo quieran. Aunque no obedezcas a nadie y te dediques al arte, es decir te liberes, debes plegarte de la existencia de otros.
Antes en el pasado tan lejano que ya nadie se acuerda, la vida no funcionaba así, es decir sin imposiciones, trabajar era una fiesta, era con alegría... desde ahí todo ha cambiado hasta llegar a nuestros días, donde las imposiciones impiden la igualdad, la cual solo existe en el huevo, me atrevo a decir que en ningún lugar mas que en el huevo y es solo una vez, en le huevo somos todos iguales, porque ahí no hay injusticias, no hay un fulano que limpie siempre la alfombra del otro, no hay comidas par ricos ni para pobres, tampoco temporadas para ricos ni para pobres, porque definitivamente el invierno es una temporada para ricos, gozan de abrigos de piel, van a esquiar, en cambio para los pobres el invierno es una maldición, hasta el punto de llegar a odiar la belleza de un hermoso paisaje blanco. Por eso digo que la igualdad existe solamente en el huevo, ya que ahí no hay diferencias...
Volviendo al tema central de este escrito, si es que así pudiese llamarse, creo que di a conocer que somos víctimas y estamos sometidos a imposiciones, a las cuales estamos totalmente ligados, dependiendo de cada uno de ellas como lo son: el lenguaje verbal, el reloj, y el trabajo, dándonos cuenta en el mundo fatal en donde habitamos en donde nunca existirá una igualdad, excepto en un lugar por donde pasamos una vez en la vida sin darnos cuenta. Y viendo como este mundo muere no por causas biológicas, sino por culpa de nosotros mismos, del hecho de ser manejados por esta sociedad, este mundo muere por nosotros...se pudre producto de nuestra propia dejación obteniendo una humanidad, frustrada, decadente e infiel.



Constanza Benavente
2004



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